El Chorco de los Lobos

 

 

ITINERARIO: Mirador de la Collada- Chorco de los lobos
DIFICULTAD: Fácil
DURACIÓN Y DISTANCIA: 3 h., 4 km. Ida y vuelta
DESNIVEL: 255 m.
FIRME: Pista de tierra
La ruta del chorco de los lobos, la cual transcurre a media ladera de la Sierra de Amieva,  ha sido recientemente recuperada para el caminante y desde ella se divisan paisajes extraordinarios del concejo de Amieva, uno de los mejor conservados de nuestra geografía. 

El recorrido parte del Mirador de la Collada, situado entre los núcleos rurales de Amieva y San Román. En este punto podemos dejar nuestro medio de transporte y dirigirnos hacia la Sierra de Amieva. Apenas 2 km de ida y otros tantos de vuelta, conforman un agradable y fácil paseo. 

Dejando atrás el mirador, descenderemos por la pista asfaltada para, a los pocos metros, tomar uno de los caminos que ascienden hacia la sierra. A los pocos metros encontraremos una fuente abrevadero,  y pronto comenzaremos a llanear en ligera pendiente por cómodo y estrecho camino, el cual se encuentra a una cota de 1.000 metros.

 

 


A medida que vamos tomando altura, un espectacular paisaje aparece como si de una vista aérea se tratara. En este caso, al fondo, destaca la Mota Cetín. A la derecha La Porra de la sierra caliza de Amieva y las praderías de Les Quintes con sus "cortes-payares" para el ganado. 

Continuando el trazado de la senda, la cual no tiene pérdida, iremos transitando a media ladera por  la Sierra de Amieva, dejando a nuestra izquierda el Picu Primiellu de 1.230 metros de altitud. 

Siguiendo el camino, nos encontraremos con unas barandillas de madera que protegen el acceso al ya próximo "chorco de los lobos", facilitando así el tránsito de personas e impidiendo el de los animales.

A partir de este punto, el camino desciende ligeramente para encontrarnos ya con el chorco. El "chorco de los lobos", era una trampa realizada por el hombre con la finalidad de dar caza a su temido enemigo, la cual consistía en un pozo circular labrado en la roca y cubierto por una palanca de avellano, escondida por maleza, la cual giraba y hacia caer al lobo al interior del pozo.

Hace años, cuando se detectaba la presencia de lobos en la zona, los hombres salían en su busca hasta encaminarlo hasta el chorco, de donde ya no saldría con vida. 
Se regresa por el mismo camino.