El Ayuntamiento de Amieva ha decidido revisar al alza, después de 22 años, las tasas municipales para poder hacer frente a los servicios básicos como el agua, el alcantarillado o la recogida de basura que, en los últimos años, eran completamente deficitarios para las arcas municipales y por lo tanto inviables de mantener. El equipo de Gobierno que lidera José Félix Fernández, una coalición de Foro-PP, ha tomado la determinación de «poner al día las tasas» equiparándolas a las de otros municipios próximos de similar tamaño, como pueden ser Onís o Ponga. Sin embargo, quiso aclarar el primer edil, aunque la subida supone cierto incremento en la cuota del agua, basura y alcantarillado, que se emitirá a partir del próximo año de forma trimestral en los hogares de Amieva, será compensada económicamente con la reducción del canon de saneamiento impuesto desde el Gobierno del Principado, y que gravaba de forma especial a los vecinos que carecían de contadores de agua. «Al regularizar esta situación, los vecinos pasarán a pagar mucho menos por la tasa de saneamiento, por lo que se compensará el incremento del resto de las tasas que, por otra parte, irán a parar a las arcas municipales», explicó el primer edil. En concreto, detalló, actualmente cada hogar está haciendo frente a un gasto semestral de 3,46 euros de agua, 10,37 de basura, 1,05 de alcantarillado y un canon de saneamiento de 64 euros, lo que suma unos 79 euros al semestre. Con la nueva ordenanza cada familia pasará a pagar, de forma trimestral, una factura con 4,62 euros en concepto de agua, 17 euros de basura, 1,32 de alcantarillado y 16,83 de saneamiento. Esto es, unos 40 euros al trimestre si se tiene en cuenta el IVA, lo que supondría un gasto de unos 80 euros al semestre.

La nueva normativa entraría en vigor el próximo 1 de enero y con ella el Gobierno local pretende conseguir que los servicios de agua y basura, principalmente, dejen de ser deficitarios para las arcas municipales. «Actualmente estamos recaudando 13.000 euros por la tasa de basura cuando su coste es de 35.500 euros, sin contar con los gastos derivados de la eliminación de vertederos, la recogida de muebles y la compra de contenedores. Lo mismo ocurre con el agua, que nos cuesta 19.000 euros al año y sólo recaudamos 5.800», comenta Fernández, quien confía en que con el ajuste de las tasas estos servicios pasen a ser sostenibles y dejen de ser una carga para el municipio.

Fuente: El Comercio